lunes, 8 de octubre de 2007

El primer territorio es nuestro cuerpo


Este artículo está basado fundamentalmente en el libro de Jodorowsky “Evangelios para sanar”, con algunas pinceladas de su discípula chilena, Gabriela Rodríguez.

Gabriela Rodríguez dice que el primer territorio es nuestro cuerpo y el espacio que habitamos.
Parece que nuestro cuerpo habla: cada órgano y parte de nuestro cuerpo somatiza de acuerdo a una correspondencia metafórica. La familia traslada dolencias físicas que representan nudos no resueltos y prohibiciones.

Añade Jodorowsky que: “Por lo general no vivimos en la plenitud. Vivimos como marionetas. Deformamos nuestro cuerpo en función de viejas concepciones que nos han sido impuestas a través de varias generaciones. Se nos han transmitido estas deformaciones y nosotros las portamos: llevamos cargando a nuestra marioneta”.
Cada uno de nosotros está habitado por las tres generaciones que lo preceden, lo que hace un mínimo de catorce personas, si no contamos a los hermanos y hermanas o a los tíos y las tías.

Veamos unos ejemplos, sin profundizar, de como el cuerpo humano refleja los problemas o enfermedades heredadas del árbol:

Lado derecho…herencia paterna
Lado izquierdo…herencia materna
El vientre…la madre
Hemorroides…son las angustias económicas
Dientes picados…es la rabia no expresada
Problemas de espalda…cargas a los padres
Eczemas…reflejan la inadaptación social
Eres un niño…tus pies se inclinan hacia adentro
No tienes lugar en el mundo…tus pies se inclinan hacia fuera
Padres divorciados, o separados…puntas de los pies se separan
Regresión a la infancia…puntas de los pies miran hacia dentro
Huyes del pasado…caminas inclinándote ligeramente hacia delante
Eres un cobarde, miedo a entrar en la vida…te inclinas hacia atrás
No vives tu vida…caminas como un ladrón sin hacer ruido
Miedo a la sexualidad…pelvis movida hacia atrás
No te han amado…pecho endurecido e insensible
No te han acariciado…problemas de desviación de la columna
Caminar con la cabeza por delante…vivir en la cabeza sin reconocer tus deseos, tu intelecto controla el resto de los egos.
La boca y las orejas simbolizan…el linaje materno (femeninas)
El labio superior...es el intelectual y el inferior...el sensual
El ojo derecho... es el intelectual, mientras que el izquierdo... es el del corazón, el ojo profundo, el de la receptividad.
Si vemos los ojos, los dos como conjunto... son de carácter masculino.
La mano…es el símbolo de la elección. La mano derecha...es el símbolo de la elección racional, sin fe.

Estar enfermo es no vivir nuestro “Dios interior”
Si estamos cojos, inmovilizamos nuestro lado masculino o el femenino
Un enfermo sólo es capaz de pensar en él mismo, nunca se mete en la piel de otro
Debemos observarnos, evaluarnos: ¿Cuál es nuestra parte” paralítica”? ¿Qué es lo inmóvil en nosotros? Debemos arrastrar a nuestro paralítico, no dejarlo acostado. Tratarlo como a un payaso, levantarlo y llevarlo

¿Queremos sanar? Si estamos enfermos es porque no queremos hacer frente al problema que escondemos (Nos conviene ese estado de parálisis para no enfrentar al problema)
¿Hasta cuándo vamos a continuar pidiendo? Dejemos de pedir, avancemos nosotros mismos sin ninguna ayuda.
Si no sabemos reconocer a nuestro “Dios interior”, continuaremos enfermos
Ese dolor nos conviene para poder continuar interpretando nuestra comedia infantil, que en el fondo es un juego neurótico

Nuestro Dios interior lo sabe todo. Cuando nos comunicamos con esta divinidad nos conectamos con su extrema sabiduría. Con toda simplicidad ella enfrenta los misterios y los soluciona. Hay que ser humildes y saber que este Dios interior no somos nosotros, pero habla a través de nosotros. Es el único mediador posible. No es posible sustituirlo: ni un sacerdote, ni un gurú, ni nadie. Lo que no hago, el otro no lo hará por mi, del mismo modo que nadie puede orar por nosotros.

1 comentario:

Estrella dijo...

Brillante artículo. Me inspira tres intenciones respecto al Dios interior:
-Descubrirlo
-Conocerlo
-Escucharlo
Como vías para salir de la neurosis que encierra cualquier enfermedad.
Gracias al articulista y un saludo.